sábado, 21 de octubre de 2023

1) Una ciudad dividida en un país dividido: Nicosia



La primera evidencia de que te encuentras en un país dividido es, precisamente, la imposibilidad de ver reflejada en un mapa esta realidad. Tanto la República de Chipre (el estado reconocido internacionalmente), como la República Turca del Norte de Chipre (a la que solo apoya Turquía), se publicitan con la imagen de la isla completa. Siempre aparece entera, incluso en las chapas para colocar en el frigorífico. Pero la realidad es que existe una frontera dura, vigilada por personal de la ONU y en ocasiones reforzada con una amplia tierra de nadie. Eso sí, desde hace una veintena de años es permeable, pero entre 1974 (invasión turca del norte) y el 2003 estaba sellada, nadie podía cruzarla. Una situación única en el mundo que recuerda el caso de Berlín, hoy ya una ciudad reunificada. 

Plaza Elefteria en Nicosia sur donde comienza la calle Ledra, en la que se encuentra el checkpoint peatonal fronterizo

En un país con esta tremenda peculiaridad aterrizamos en la mañana del 4 de octubre de 2023 para visitarlo durante trece días. Llegamos al aeropuerto de Larnaca, el principal del sur, y nos dirigimos de inmediato a Peyia en un vehículo de alquiler, a una casita que fue nuestra base de operaciones la primera semana. La segunda nos instalamos en Ora, un pueblo de la montaña, ya en el centro de la isla.

Cruzar a la zona norte andando es sencillo, pero en nuestro coche de alquiler no podíamos hacerlo ya que no lo cubría el seguro, según nos advirtieron en la agencia de alquiler. Ante semejante complicación nos limitamos a dedicar una jornada a pie a Nicosia norte, la parte turca, y una excursión de un día en un coche alquilado con conductor en la zona norte para conocer Kirenia y Famagusta, sus principales referentes. El resto del tiempo estuvimos en el sur, la parte griega, la oficial y que forma parte de la Unión Europea.


La bandera turca ondea en el norte por todas las esquinas, acompañada de la de la República Turca del Norte de Chipre. En el sur ocurre lo mismo con la griega y la de Chipre.

Frontera en el lado griego en Nicosia

El checkpoint peatonal de Nicosia (hay otro punto fronterizo para vehículos) está situado en la mitad de una larga calle peatonal, Ledra, y pese a cruzar a una entidad de facto independiente ajena a la UE se puede pasar con carnet de identidad. Las instalaciones son unos pequeños barracones en cada parte donde chequean la documentación y poco más. Las casas y edificios que quedaron en medio están deshabitados y rodeados de alambre de espino, soldados turcos y carteles que advierten de la prohibición de hacer fotografías.

Al margen de estos dos pasos fronterizos hay seis más en el resto de 180 kilómetros de frontera entre los dos países. Aunque la Línea Verde de separación se estableció en 1974, la partición de Nicosia  es anterior y data de diciembre de 1963. Pretendía frenar los enfrentamientos intercomunitarios que solo en el mes anterior habían provocado un centenar de muertos.

Vista de la calle Ledra en la parte griega

Pese a la historia que arrastra, la calle Ledra es ahora un vial peatonal animado, tanto en la parte griega como en la turca, lleno de gente, bullicio y comercios, pero una vez pasada la frontera se aprecian diferencias en la parte turca. Al margen, la Ledra del norte es mucho más pequeña y rápidamente se divide en varias calles y callejones.

Aspecto de la calle Ledra en el área turca

Con toda seguridad, la peor parte en esta división la llevaron los titulares de las numerosas propiedades que quedaron en tierra de nadie y que tuvieron que abandonarlas. Una medida que se imaginaba provisional y va para sesenta años, sin que haya en estos momentos perspectivas de una solución que permita reunificar la ciudad y ambos países en uno solo de tipo confederal.


En este mapa callejero de la zona norte, destinado a facilitar al turista la visita a los puntos más interesantes, se puede apreciar la ciudad en su conjunto, algo poco habitual, y el reparto casi por mitades idénticas que se hizo en un momento. En la actualidad la parte norte tiene unos 65.000 habitantes y algo menos la sur, aunque su área metropolitana está muchísimo más poblada.


A unos cientos de metros de la frontera nos encontramos con el Tribunal Supremo de Justicia del Norte, un edificio colonial del que no paraban de entrar y salir letrados con toga, que también ocupaban los bares y cafés en la zona.


Próximos también otros edificios administrativos, como el Registro de la Propiedad. Nosotros tratamos de seguir la línea azul que en el suelo te guiaba a los puntos de mayor interés. Pero en ocasiones la línea desaparecía y costaba recuperarla unos cientos de metros más allá o en alguna calle paralela.

Histórica puerta de Kirenia reconvertida en Oficina de Turismo

Dedicamos unas horas de la mañana a callejear por la ciudad para encontrar edificios históricos y zonas de interés. En una ocasión nos topamos con la Línea Verde y calles taponadas de forma un tanto chapucera pero eficaces. Debido a la prohibición y a las visibles cámaras de vigilancia decidimos no arriesgar, y por tanto no hay fotos.


Cerca de la línea de separación nos encontramos con una mezquita de evidente antigüedad, pero en muchos casos no había información en inglés.




El templo tenia anexo un cementerio, con la llamativas lápidas de la foto superior y un pozo.


Aunque no nos pareció una ciudad descuidada, una parte de sus edificios presentaba un deterioro evidente, que en ocasiones trataban de resolver. Dimos por sentado que los fondos de la Unión Europea les vendrían muy bien para este cometido... si el Norte estuviera dentro del club comunitario.


La Línea Verde sigue en algún tramo las antiguas murallas venecianas y el foso contribuye a facilitar la separación. Es el caso de la calle de la imagen superior, que enfrente tiene un enorme foso, alambradas y un puesto de observación de las tropas de la ONU.


Para descansar del callejeo encontramos una agradable terraza donde tomamos un refrigerio a la sombra, que los alrededor de 30 grados de aquellos días dificultaban el paseo.


Cerca de la entrada a la ciudad amurallada se encuentra el barrio de Samanbahce, considerado el primer ejemplo de vivienda social. Son varias calles forzosamente peatonales (aunque algún coche había logrado entrar) de viviendas uniformes y adosadas construidas por el gobierno. Está considerado un ejemplo de la cultura chipriota y data de finales del siglo XIX aunque se fue construyendo en fases hasta 1955.


Muy cerca de la calle Ledra hay una zona peatonal, Arasta, llena de comercios y donde la presencia del turismo es patente. Y a unos cientos de metros descubrimos varios antiguos caravasares rehabilitados de gran interés.


Estos antiguos recintos destinados a dar cobijo y facilitar el descanso de las caravanas de comerciantes y sus mercancías y animales se han transformado en la actualidad en zocos destinados al comercio, pero en un entorno muy atractivo.


Encontramos dos muy cercanos y disfrutamos un rato recorriéndolos.


Dado el tamaño de la ciudad, a poco que pasees dejas atrás la zona histórica monumental, que en el momento de la partición quedó en su mayoría del lado turco. En ese caso aparecen parques y viviendas más modernas, pero también calles desastradas y sucias.


Y aparecen recintos culturales y museos que han decidido sacar el arte a la calle.


Abundan las estatuas y con la imagen de este parque con el nombre turco de Nicosia (en griego es parecido y solo cambia la terminación en "ia") dijimos adiós al área norte de la ciudad. Volveríamos un par de días después pero para visitar el norte del país.


Una vez en la parte griega lo primero que hicimos fue buscar donde comer. Era media tarde y el hambre apretaba.


 En una zona peatonal encontramos el Evroulla´s,  que además era cafetería y tenían entrada por dos calles paralelas. Fue todo un descubrimiento ya que la comida, platos simples, no estuvo nada mal y la factura completa de los siete no llegó a 80 euros. Fue el restaurante más barato de toda la estancia

Iglesia de San Juan, que es la Catedral de Nicosia 



Por medio encontramos tiempo para tomar un café con Pavlos, un grecochipriota que ha vivido varios años en Inglaterra y es amigo de la hija de dos de los viajeros, que igualmente vive en el Reino Unido. Con Pavlos hablamos de su vida tras regresar del Reino Unido, de su actividad profesional y la situación de Chipre. Pasamos un buen rato.


Precisamente por Pavlos supimos que la plaza moderna diseñada por una conocida arquitecta iraní, Zaha Hadid, al inicio de la calle Ledra en la parte griega ha generado una gran polémica. Está en plena zona histórica y junto a las murallas, por lo que muchos nicosianos no la consideran adecuada para este lugar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario